El Trastorno del Espectro Alcohol Fetal (TEAF) es el término utilizado para agrupar anomalías físicas, mentales, conductuales y cognitivas que un individuo puede presentar cuando ha sido expuesto al alcohol durante su desarrollo prenatal. Su máxima expresión se conoce como Síndrome Alcohol Fetal (SAF). Sus características se pueden dividir en: malformaciones morfológicas (especialmente defectos cráneo-faciales), retraso en el crecimiento y alteraciones del sistema nervioso central, expresadas principalmente por alteraciones cognitivas, conductuales, de socialización y de aprendizaje. En Europa afecta en promedio a 1 de cada 100 recién nacidos, existiendo países con cifras mucho mayores. El alcohol atraviesa la placenta rápidamente y llega al feto. El etanol junto con acetaldehído (su metabólito), pueden alterar el desarrollo del feto mediante la interrupción de la diferenciación celular y el crecimiento, alteración del ADN y la síntesis de proteínas y la inhibición de la migración celular.
El SAF es considerada una de las causas, no genéticas, de déficits congénitos y diversos grados de discapacidad mental prevenible. Los efectos del consumo del alcohol por parte de la madre se extienden durante todo el proceso gestacional del feto.
En cuanto a la sintomatología propia del SAF, encontramos tres áreas principales:
Déficit de crecimiento
Los signos o síntomas indicadores de que pueden haber déficits en el crecimiento del feto pueden determinarse mediante la altura, peso, o ambos, siendo inferiores a la media debido a la exposición prenatal al alcohol.
Las deficiencias son documentadas cuando la altura o el peso caen por debajo del percentil 10 de las tablas de crecimiento y se clasifica de la siguiente forma:
- Severa: Altura y peso igual o inferior al percentil 3.
- Moderado: Cualquiera de altura o peso igual o inferior al percentil 3, pero no ambos.
- Leve: Tanto la altura y el peso entre los percentiles 3 y 10.
- Ninguno: Altura y peso por encima del percentil 10.
Rasgos faciales
Las principales alteraciones se dan en la cara en forma de fisuras palpebrales cortas, ptosis palpebral, puente nasal aplanado y ancho, pliegue epicanto, hipotelorismo, estrabismo, hipoplasia de maxilar, nariz corta, labio superior delgado, micrognatia, alteraciones en los pabellones auriculares, microcefalia. Estas alteraciones a su vez están relacionadas con anomalías cardíacas de tipo septal y con deformidades esqueléticas tales como: sinostosis radio cubital, camptodactilia, pliegues palmares aberrantes, clinodactilia, hemivértebras y escoliosis.
Figura 1. Caracerísticas comunes del SAF. (Fuente: Online, sindromes.info)
Alteraciones en el Sistema Nervioso Central (SNC)
La exposición prenatal al alcohol puede dañar el desarrollo del cerebro en diferentes grados, dependiendo de la cantidad, el momento y la frecuencia de la exposición. El daño que el alcohol produce en el sistema nervioso central dará lugar en el recién nacido y sobre todo en el niño y el adolescente a anomalías de la conducta y de la inteligencia, y se puede valorar en 3 áreas diferentes:
La estructura anatómica del sistema nervioso, por ejemplo, un cerebro pequeño (microcefalia) o anomalías en la formación de las diferentes partes del cerebro: hipoplasia o agénesia del cuerpo calloso, atrofia cortical, tamaño reducido de los ganglios basales y del vermis cerebelar. Estas estructuras cerebrales están implicadas en funciones específicas, como procesos cognitivos y motores (cerebelo), percepción y reacciones de comportamiento (neocórtex), o control el movimiento (ganglios basales).
El funcionamiento neurológico, por ejemplo, aparición de convulsiones, afectación del desarrollo de las habilidades motoras, pérdida de audición, problemas visuales, mala coordinación entre la vista y la manipulación.
El funcionamiento intelectual, manifestándose como trastornos del comportamiento, agresividad, falta de autocontrol de los impulsos, falta de atención e hiperactividad, retraso mental, problemas de aprendizaje, mala memoria, problemas de integración social y manca de habilidades sociales, etc. Se ha determinado un coeficiente de inteligencia medio de 65 (rango de 20 a 120). Las disfunciones del SNC pueden llegar a manifestarse en la adolescencia y en la edad adulta.
Algunos de los efectos, además de los ya característicos del SAF, puede ser un mayor riesgo de aborto espontáneo, desprendimiento prematuro de placenta, parto prematuro, amnioitis, muerte fetal y muerte súbita fetal.
Tratamiento
No existe un tratamiento para el SAF, porque las alteraciones que el alcohol provoca en el desarrollo del sistema nervioso central, ya sean más o menos graves, dan lugar a lesiones permanentes. El tratamiento se basa en medidas específicas de cada trastorno asociado.
En general se emplean fármacos psicoactivos e intervenciones conductuales cuando hay un trastorno de la conducta, tratamientos de logopedia, intervenciones para reforzar y adaptar el aprendizaje, estimulación precoz para favorecer el desarrollo psicomotor, intervenciones generales de apoyo, intervenciones sociales de protección, tratamientos psicológicos y psiquiátricos adaptados.
Se trata de una enfermedad crónica y estas alteraciones se traducen en la vida adulta en una serie de discapacidades secundarias: problemas de salud mental, experiencia escolar alterada, problemas legales, internamiento en instituciones, conducta sexual inapropiada y problemas con el consumo de sustancias de abuso, incluyendo el alcohol, además de situaciones de incapacidad, dependencia y problemas para encontrar empleo.
Prevención
Es muy importante realizar una tarea de prevención adecuada para poder evitar en gran medida los casos de SAF. La mayor prevención para evitarlo es no consumir alcohol durante el embarazo, incluso en aquellas mujeres que desean ser madres en un futuro inmediato.
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